Anuario del Instituto de Historia Argentina, 2009, nº 9, p. 277-281. ISSN 2314-257X
Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Instituto de Historia Argentina "Dr. Ricardo Levene".

Reseña/Review

Miguel Ángel Rosal, Africanos y afrodescendientes en el Río de la Plata. Siglos XVII-XIX, Buenos Aires, Dunken, 2009, 270 p.

Natalia Ribba

Instituto de Historia Argentina, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP
natalia_ribba@hotmail.com


Miguel Ángel Rosal nos acerca en esta obra a la problemática de la inserción social del afroporteño a la sociedad rioplatense de fines del período hispánico y principios del lapso independiente. Lo hace a partir de un minucioso y exhaustivo análisis de fuentes documentales (Protocolos Notariales conservados en el Archivo General de la Nación) así como también a través de una extensa revisión de la bibliografía escrita sobre el tema. Así, el autor aborda la temática centrándose en los integrantes de la raza africana, destacando el lugar alcanzado por algunos de ellos, y resaltando la participación activa que han logrado dentro de la sociedad receptora. En otras palabras, ha logrado la visualización de los mismos a medida que estos asimilaban la cultura del blanco y se integraban socialmente.

En este libro, el autor presenta los resultados de una investigación que comenzó con el interés sobre la esclavitud de los africanos en América en general, y el del tráfico negrero en especial, que luego fueron articulándose con distintos aspectos del tema que lo llevaron por otros rumbos en la investigación y resultaron finalmente en su tesis doctoral. Aquí retoma el tema de la adaptación e integración del afroporteño a la sociedad receptora a partir de nuevos estudios (y la actualización de los antiguos), logrando la reconstrucción de la realidad histórica del grupo abordado. En este sentido, Rosal nos brinda un análisis profundo sobre aspectos de la vida del afroporteño tales como el arribo, la vida cultural, las obligaciones que debían enfrentar, los derechos obtenidos y la relación con el amo. A través de este trabajo es posible comprender el escenario en el cual los esclavos y libertos desarrollaron su existencia.

En el prólogo, escrito por Silvia Mallo, se contextualiza la obra de Rosal dentro de la producción escrita sobre la problemática en general, ubicándola históricamente en función de los objetivos teóricos y metodológicos que impulsaron a la misma. En este marco se ubica a dicho autor dentro de un análisis que privilegia la perspectiva sociocultural, e intenta visualizar las relaciones sociales entre los diferentes grupos jerárquicos y étnicos de los centros urbanos del Virreinato del Río de la Plata y a sus protagonistas. Esta perspectiva es abordada, como lo hace Rosal en este libro en particular, desde la exploración de la documentación de las fuentes notariales, informes oficiales, así como también de fuentes judiciales civiles y criminales.

El libro consta de dos partes, en las cuales se abordan diferentes aspectos de la vida de los afroporteños a partir de una estrategia que permite resaltar el proceso de integración que debieron atravesar para incorporarse a la sociedad blanca y asimilar su cultura. En este sentido, el desarrollo tanto de lo que el autor considera "Aspectos Generales" (que se incluyen en la primera parte) como en los "Aspectos Religiosos" (que componen la segunda) reflejan una importante investigación empírica en la búsqueda de respuestas a la problemática planteada; presentando así cada situación en función de citas documentales y bibliográficas específicas, y en algunos casos, personalizada, como los testamentos de particulares que sustentan la argumentación.

Dedica el primer capítulo entonces, a reconstruir a partir de los contratos de compra venta, la extracción compulsiva de personas de distintas regiones de África para incorporarlas al sistema esclavista, teniendo en cuenta las limitaciones que el trabajo con dicha documentación presenta, y la compara con los trabajos realizados por otros investigadores para distintas zonas del Rio de la Plata. Reflexiona sobre la existencia de la esclavitud como institución facilitada por el tipo de organización social existente en el África precolonial y las características que esta adopta después de la llegada de los europeos. Describe las enfermedades que acompañaban a los esclavos en su travesía hacia América y las reacciones de la región rioplatense respecto del estado sanitario de los tumbeiros, resaltando también las deficiencias higiénicas de la ciudad receptora y mostrando los efectos negativos que la trata negrera pudo haber tenido en la situación sanitaria rioplatense del lapso tardocolonial. También aborda el precio de los esclavos porteños presentando además los datos recuperados en los registros de escribanías para los años 1821 y 1823.

El segundo capítulo, titulado "De oficios, ocupaciones y formas de subsistencia" analiza la importancia que significaba para el afroporteño el aprender un oficio para ser considerados como seres humanos y miembros de la sociedad. El autor resalta la preocupación del estado español, reflejada en el Código Negro, por implementar y fomentar la actividad agrícola como actividad básica del esclavo a fines del siglo XVIII. La política oficial reservaba para la esclavatura no solo estas actividades, sino que también las de campaña, los oficios mecánicos y el servicio doméstico, este último casi exclusivamente realizado por mujeres; además de los oficios poco deseables y menos tradicionales. Sin embargo, y a pesar de las disposiciones oficiales que prohibieron determinadas profesiones a los negros, el autor destaca la dificultad que estas tuvieron para ser implementadas, ya que la realidad rioplatense reflejaba la negación sistemática por parte de los blancos a trabajar en oficios considerados por ellos como propios de "gente de color" o "gente baja".

El capítulo aborda también la casi inexistente organización gremial. Rescata para Buenos Aires la de los zapateros afrodescendientes, totalmente separados del de los españoles, extranjeros e indios; siendo este oficio el mejor representado por las cifras numéricas, mientras que la documentación es fragmentaria y escasa para el resto de los oficios. Vincula la elección masiva por parte de los esclavos a las actividades de campaña con las manumisiones otorgadas por los gobiernos patrios a aquellos que sirvan en los ejércitos de independencia; y rescata la presencia significativa de los negros en las artesanías. Por último, hacia el final del capítulo se presenta un apéndice documental que incluye un resumen de los padrones de oficiales y aprendices de los distintos oficios en la ciudad de Buenos Aires hacia fines del período tardocolonial en el que se detalla la cantidad de integrantes por cada grupo social considerado.

En el tercer capítulo, Rosal investiga la figura del afroporteño propietario de bienes raíces, ya sea que este se encuentre en condición libre o esclavo, como participante activo del mercado inmobiliario urbano. Aquí se plantean diferentes casos o situaciones a partir de las cuales los negros o pardos de condición esclava accedían a la propiedad, ya sea en forma de terrenos o casas, a partir del análisis de los testamentos de los involucrados. Así, se exponen diversos casos, como por ejemplo, una mujer cuyo esposo es esclavo, y necesita para vender su bien la venia marital, o el de los hijos esclavos que heredan bienes por derecho sucesorio. También presenta casos en donde la persona de condición libre poseía bienes raíces a pesar de que integrantes de su familia permanecían en la esclavitud. Sin embargo el autor demuestra que, para los afroporteños esclavos, el principal interés estaba centrado en la obtención del llamado "peculio liberatorio". Asimismo, se destacan los casos de negros propietarios de esclavos; así como también el de las "Asociaciones Africanas" que participaron en el mercado inmobiliario porteño con la intención de obtener una propiedad que sirva como sede para sus respectivas organizaciones a través de la presentación hacia el final del capítulo un apéndice documental.

En cuanto a los inmuebles, examina sus dimensiones, la disposición de las habitaciones, los precios en que se cotizaban y su distribución geográfica dentro de la ciudad. En este caso, el autor observa una clara preferencia de los afroporteños por los barrios del sud-sudoeste, esto es, en la periferia de la ciudad (barrios de Montserrat y Concepción principalmente, seguidos por Balbanera). Conclusión que se sustenta en función de los datos referentes a la presencia de los mismos en cada barrio porteño.

Rosal observa entonces como una cantidad considerable de afroporteños tenía acceso a una vivienda propia o, en su defecto, a un terreno en donde proyectarla, elemento indispensable para acercar a este sector de la población a la integración social a partir de la adopción de pautas culturales que la sociedad blanca alentaba.

Un cuarto capítulo (y completando la primera parte del libro), explora "El proceso abolicionista". Comienza el mismo repasando los hechos históricos que lo favorecieron y ejemplifica a partir de los registros de escribanías conservados en el Archivo General de la Nación las diversas situaciones en que este proceso se llevó a cabo. A través del recorrido por los casos analizados se observa como la servidumbre fue desapareciendo gradualmente, necesitando varias décadas para eliminarse en forma definitiva, ya que ésta fue muchas veces disfrazada de varias formas.

La segunda parte del libro, por otra parte, se compone de dos capítulos (el quinto y sexto). En ellos se indagan las manifestaciones de la religiosidad católica de la comunidad afro de Buenos Aires durante el período de análisis considerado a partir de los diversos aspectos religiosos que se desprenden de los testamentos de morenos y pardos. El autor justifica el uso de esta documentación ya que estos constituían una ratificación de la fe católica y conformaban un paso más en la integración a la sociedad receptora. En ellos se examinan datos tales como las mortajas, las características del funeral y el lugar de enterramiento, entre otros; destacándose la relación entre estos elementos y la organización religiosa a la que pertenecía el testador.

El capítulo cinco incluye además un análisis de las Asociaciones Africanas, respecto de sus integrantes, la responsabilidad de la misma hacia sus miembros y sus funciones rituales; y dedica un apartado a la consideración de las mismas ya sea como producto del sincretismo religioso o bien como afrocatolicismo, a partir de las actividades que en ella se practicaban. Para ello se recurre también a la extensa bibliografía escrita sobre el tema y se la compara con las investigaciones realizadas para otros lugares de América. Aquí también el autor agrega al final del capítulo un apéndice documental de la lista de Sociedades Africanas.

Un sexto capítulo, por último, examina a las cofradías religiosas en profundidad. Describe la estructura interna de las mismas, los tipos existentes, las obligaciones y los derechos de sus integrantes así como también la importancia de estas hermandades dentro de la sociedad. Reconoce en ellas la función de auxilio espiritual para la salvación del alma de sus miembros y su asistencia material, así como también la posibilidad del ejercicio del control de las masas dominadas por parte de las autoridades coloniales eclesiásticas, y la conformación de un espacio de socialización que favoreció la búsqueda de la identidad. Completa el análisis de las funciones sociales de las cofradías religiosas afroamericanas considerando las hermandades afrobrasileñas, las de Panamá, Lima, Santo Domingo, Cuidad de México y Cuba demostrando como, en estos casos, las cofradías actuaron como instituciones generadoras de un paulatino y eficiente sincretismo religioso y desculturización casi completa. Incluye también consideraciones respecto de las cofradías de negros y pardos en el espacio rioplatense, tomando como casos aquellas situadas en Córdoba y Buenos Aires; viendo en las cofradías porteñas un elemento muy importante para lograr una mejor adaptación a la sociedad en la cual estaban inmersos y así avanzar en la integración social a partir de la aceptación de la religión impuesta por el grupo dominante, participando activamente en sus ritos y congregaciones.

Agrega además aquí no solo la lista de hermandades afroporteñas y la cantidad de miembros que las conformaban, sino también otro apéndice documental en donde se exponen los testamentos de los afroporteños que sustentan la investigación.

En síntesis, el trabajo constituye un interesante aporte a la temática de los estudios sobre los afroporteños ya que resalta la figura del mismo como miembro activo de la sociedad, realizando todo aquello que estaba a su alcance para lograr la asimilación de la cultura del blanco y su posterior integración social. Es así como a través de los testamentos de negros y pardos se reconstruyen los pasos que estos recorrieron para incorporarse, en la medida de lo posible, a la sociedad en que encontraban inmersos, a partir de análisis de los aspectos socio-económicos, demográficos, culturales y religiosos que se desprenden de ellos. Aporta además, una amplia información sobre la bibliografía referente al tema, que le permite al lector conocer la producción existente sobre cada aspecto tratado.

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