Reseña
Norando, Verónica (2020) Rojas. Clase, género y militancia comunista (1936-1946), Buenos Aires: Imago Mundi, 276 p.
La pandemia y el encierro obligatorio decretado en marzo en la Argentina trajeron un nuevo libro bajo el brazo. El lazo pareciera ser arbitrario, más los dispositivos inmediatos de circulación de la mercancía libro “puerta a puerta” y esta nueva y larga cotidianeidad nos ubican en el núcleo habitacional, uno de los espacios sociales a los que Verónica Norando nos invita a recorrer para desentrañar las leyes de la generación de valor en el modo de producción capitalista patriarcal. Resultado de una década de investigación, la publicación de Rojas se inscribe en la línea de estudios del materialismo dialéctico en clave feminista que continúa en desarrollo bajo el paraguas de la llamada Teoría de la Reproducción Social (TRS). Desde los anuncios del prólogo escrito por Agustín Nieto, empezamos a entender la forma en que esta obra se estructura pisando diversos terrenos: la batalla ideológica y teórica, el estudio de las representaciones de y sobre las mujeres trabajadoras, el análisis de las acciones políticas y sindicales de ellas como sujeto y la historiografía sobre organizaciones de izquierda y del movimiento obrero. Aun si la teoría desde la cual construye su pesquisa contempla el análisis de las mujeres en cuanto trabajadoras, aquí se centra específicamente en las mujeres ocupadas en el sector textil en el periodo que se extiende desde 1936 hasta 1946, y sus vínculos con la Unión Obrera Textil (UOT) y el Partido Comunista en Buenos Aires (PC).
La propuesta de la autora consiste en analizar las condiciones de vida y de trabajo a las que se someten a las mujeres obreras en el sistema capitalista patriarcal con una fuerte impronta teórica que pone sobre la mesa el continuum que existe entre el trabajo asalariado y el trabajo doméstico. Para ello, analiza la explotación a partir del concepto de “clase social generizada”, el cual se revela útil en el ejercicio de interpretación de las estructuras sociales que fijan, nombran, subjetivan e imprimen disposiciones a los sujetos en función del espacio que ocupan en las relaciones sociales y de normativas sexo-genéricas. En esa red conceptual, la clave está en la valoración del capitalismo y el patriarcado como dos sistemas que funcionan conjuntamente, siendo sus bases la producción de mercancías y la reproducción de la fuerza de trabajo, a partir de la explotación generizada. En ese escenario, la utilización de hombres y mujeres por el capital para la producción de valores es diferenciada, en tanto las mujeres obreras desarrollan sus actividades laborales en peores condiciones que los varones y cargan con la imposición de ocuparse del trabajo doméstico y las tareas de cuidado ligadas a la reproducción de la fuerza de trabajo. Este cruce conceptual entre la clase y el género habilita pues a pensar la jornada laboral de las mujeres trabajadoras como una “jornada extensa” en la que participan de la producción de valor en el establecimiento y garantizan la reproducción de la fuerza de trabajo en el hogar que, al ser impaga, genera mayor plusvalor en el conjunto del sistema social.
El análisis de la situación de las mujeres obreras se encara en esta obra a partir del estudio de la experiencia de las trabajadoras textiles en los años ’30 y ’40, tomando diversos aspectos que se desarrollan específicamente en cada uno de los cuatro capítulos que componen el libro. En el primero se realiza un estudio acerca de la industria textil en la primera mitad del siglo XX, las particularidades del proceso de trabajo, las condiciones en que se llevaban a cabo las tareas y el lugar que ocuparon las mujeres en ese entramado productivo. Allí la autora da cuenta de un sector de la economía en el que alrededor del 60% eran mujeres (adultas y menores) y en el que se infringían sistemáticamente las leyes laborales y distribuían de modo diferencial los salarios y puestos jerárquicos en detrimento de las mujeres.
En el segundo capítulo, el eje gira en torno a la militancia en las textiles, la intervención del Partido Comunista en materia de organización de las mujeres en la UOT y las ideas predominantes acerca del rol de la mujer en la lucha de clases. Un punto que se destaca es el análisis de la incidencia del comunismo -que dirigió el sindicato en el período abordado- para fomentar la participación política y sindical de las mujeres obreras en general y textiles en particular, a partir de la creación de estructuras tales como las comisiones internas, la Comisión Femenina Central del gremio y las Comisiones Femeninas Seccionales, y del acercamiento a organizaciones de carácter frentista como la Unión Argentina de Mujeres y la Junta para la Victoria. Combinando aproximaciones diversas desde el sindicato y a nivel partidario, la militancia comunista hizo suyas las problemáticas de las mujeres relativas a la precariedad del trabajo, el incumplimiento de leyes laborales, la violencia sufrida, la desigualdad salarial y la extensa jornada de trabajo asociada a las tareas de reproducción, lo cual fue canalizado apelando a denuncias y acusaciones públicas en distintos órganos de prensa. Sobre este punto, el recurso a fuentes sindicales como El Obrero Textil (órgano de la UOT), La Obrera Textil, La Página de la Mujer y documentos de la Comisión Femenina Nacional del PC es un elemento novedoso que permite visibilizar en la historiografía elementos referentes a las condiciones de vida, trabajo, organización y luchas de las mujeres obreras comunistas que aún no había sido objeto de estudio.
El tercer capítulo se ocupa de las principales luchas que condensaron los reclamos centrales de las mujeres textiles a partir del examen de la forma en que se articularon los conflictos en torno a la cuestión salarial y la ley del Seguro de Maternidad. Para ello, toma los casos de las huelgas en los establecimientos Gatry y Danubio en 1936 y 1940 respectivamente, en las que la participación de las mujeres fue activa, elevada y encarada, según lo expuesto por Norando, desde una perspectiva de clase generizada.
Finalmente, en el cuarto capitulo el registro remite a las características que asumieron los discursos acerca de la construcción de la femineidad y la condición de mujeres obreras en los órganos de prensa de la UOT y el PC.
En el transcurso del libro emergen algunas ideas para pensar de cara a futuras profundizaciones relacionadas a los temas que toca la obra. Podría interpretarse la prédica comunista en base al contraste y la combinación de distintos elementos en el proceso de interpelación a las mujeres obreras. Por ejemplo, la convivencia entre el carácter vanguardista de la forma de hacer política en la clase generizada y el carácter reproductor de algunos sentidos comunes en torno a las mujeres, como la imagen de “acompañantes” de los varones en las luchas o su apelación generalizada como “madres”, asociando su figura al cuidado para entroncar esa construcción con la lucha antifascista y pacífica en el contexto de la guerra mundial. Acaso esa forma de pensarlo pueda encuadrarse en el planteo un tanto esquemático de la división entre los planteos “clasistas” en el sindicato y “policlasistas” a nivel político-partidario. No obstante, allí podría complejizarse la idea de superposición de estrategias reflexionando en torno a la forma en que se adaptan los lineamientos generales partidarios en el terreno concreto o atendiendo en la consideración a puntos específicos de la historia del comunismo a nivel internacional, como la adopción del neutralismo y su impacto en las aristas de la lucha antifascista y la construcción de las identidades en torno a ella.
Independientemente de algunos puntos que quien suscribe encuentra con menos brillo, fundamentalmente referentes al método de exposición de los resultados de la investigación y la relación entre la teoría y la forma de “contrastarla” con las fuentes, es precisamente la exposición de las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres en los ’30 y ’40 y el examen de las construcciones identitarias sexo-genéricas impresas sobre el sujeto colectivo donde radica la fuerza de este trabajo que, además de ser un aporte a la historiografía, lo es también para continuar delineando la traza combativa de las mujeres trabajadoras en la actualidad.
Recepción: 30 Agosto 2020
Aprobación: 05 Abril 2021
Publicación: 03 Mayo 2021